martes, 30 de marzo de 2021

El valor del tiempo

 ¿No tienes tiempo? Muy cierto…

Para las personas que dicen que no tienen tiempo de nada o una agenda saturada.

Un experto asesor de empresas en Gestión del Tiempo quiso sorprender a los asistentes a su conferencia.

Sacó de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa, junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó:.

Cuantas piedras piensan que caben en el frasco?

Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco.

Luego preguntó: Esta lleno?

Todo el mundo lo miro y asintió.

Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo con gravilla. Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó.

Las piedrecillas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes.

El experto sonrió con ironía y repitió: Esta lleno?

Esta vez los oyentes dudaron: Tal vez no, Bien!

Y puso en la mesa un cubo con arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la grava.

Está lleno? pregunto de nuevo.

– No!, exclamaron los asistentes. Bien, dijo, y cogió una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco.

El frasco aun no rebosaba. Bueno, que hemos demostrado?, preguntó..

Un alumno respondió:

Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas.

¡NO!,concluyó el experto:

Lo que esta lección nos enseña es que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después.

¿Cuales son las grandes piedras en tu vida?.

Tus hijos, tus amigos, tus sueños, tu salud, la persona amada?

Recuerda, ponlas primero. El resto encontrará su Lugar.

Los siete tipos de amor


El amor nace de la pasión, de la intimidad y del compromiso. Sin embargo, existen siete tipos o formas de amor:

  1. Cariño: es lo que surge cuando dos personas comparten, en gran parte, intimidad —término que significa unión y cercanía—. Este amor puede ser el que sienten dos amigos cercanos.
  2. Amor fatuo: es una relación fogosa en la que predomina  la pasión —lo que se conoce como excitación física o mental, así como deseo o apetito sexual—. No hay intimidad de por medio.
  3. Encaprichamiento: se caracteriza por ser una pasión efímera que ocurre sin necesidad de intimidad o compromiso —que es la decisión explícita de querer compartir tiempo y espacio—. Es conocido también como “el amor a primera vista”.
  4. Amor vacío: es cuando dos personas se unen por compromisos sociales, económicos o familiares. No experimentan intimidad o pasión, pero sí respeto mutuo.
  5. Amor romántico: es un amor cargado de emociones y de pasión del que no surge una relación que sea producto de un acuerdo común. Se caracteriza por tener mucha comunicación.
  6. Amor sociable: es cuando se siente un gran cariño y compromiso hacia la otra persona. No existe deseo sexual o físico, lo que es característico de las amistades largas.
  7. Amor consumado: es un amor ideal en el que prima la pasión, la intimidad y el compromiso. Es el amor ideal que muchos desean alcanzar, pese a que no siempre es duradero.

El amor consumado se mantiene cuando en la relación prima la comunicación. lo denomina como el amor más cercano a lo ideal que nace cuando se equilibran los tres extremos del triángulo del amor: la intimidad, la pasión y el compromiso.

El amor verdadero no consiste en encontrar a quien cumpla todos tus requisitos

No puedes obligarte a esperar hasta que la persona perfecta se cruce por tu camino.





 Todos soñamos con un amor perfecto. Ese amor que lucha por nosotros y que está ahí en las buenas y en las malas. Nos imaginamos a nuestra persona ideal. Alguien que nos sitúe por delante de todo. Alguien en quien poder confiar. Alguien que permanezca a nuestro lado en los momentos más duros. La chica que sabe escuchar. El chico que nos abre la puerta.


Nos imaginamos que nuestro futuro amor será todo eso con lo que soñamos desde que somos pequeños. Creamos una imagen en nuestra mente de cómo será nuestra relación, cómo nos sentiremos, cómo esa persona hará que todo sea más fácil y recogerá todos los pedacitos de nuestro ajado corazón, haciéndonos sentir completos al fin.

Creamos listas, instrucciones, expectativas. Nos incitamos a nosotros mismos a esperar a que llegue "nuestra media naranja" y a no conformarnos con menos. A no enamorarnos de alguien que no se corresponda con lo que merecemos.

El problema de hacer esto es que, inconscientemente, estamos buscando algo que no existe

Es maravilloso imaginar un futuro amor. Imaginar cómo será físicamente y pensar que nos hará sentir completos. Ver cómo funciona la relación y comprobar cómo va creciendo pese a los obstáculos, o cómo se hace más fuerte tras cada bache. Es maravilloso aprender de todas las veces que nos han roto el corazón, obligarnos a no enamorarnos de alguien que no esté totalmente entregado a nosotros y no ser muy fáciles de seducir. Está bien recordarnos a nosotros mismos que la persona correcta será generosa y solícita, cariñosa y de buen corazón o cualesquiera que sean las cualidades que buscas.

Pero no puedes esperar que tu futuro amor sea perfecto

No puedes forzarte a esperar hasta que la persona perfecta se cruce por tu camino. No puedes obligarte a ti mismo a no conformarte con menos que un hombre que mantenga esos valores a todas horas, o que llame a su madre todos los días, o que se quede despierto hasta tarde hablando sobre vuestros sueños. No puedes obligarte a estar soltero hasta encontrar a la chica que siempre sea auténtica y positiva, que sería una esposa ideal y que lo daría todo por ti. Porque, sí, esas cualidades son estupendas, pero ninguna persona es capaz de cumplirlas siempre.

Ningún chico y ninguna chica serán capaces de priorizarte el 100% de las veces. Ninguna pareja querrá quedarse despierta todas las noches solo para divagar sobre la vida. Ninguna persona puede renunciar a lo que esté haciendo para ir a tu rescate siempre que lo necesites.

Simplemente no es realista

El amor verdadero no consiste en esperar a la persona perfecta o encontrar a alguien que cumpla todos los requisitos de tu lista. El amor verdadero consiste en encontrar a una persona imperfecta y construir un amor imperfecto y bonito.

Todos queremos algo que sea mejor que las relaciones que tuvimos en el pasado. Todos queremos estar con una persona que no nos haga daño, que nos haga olvidar el pasado, que se entregue a nosotros y no recule. Todos queremos ese amor que nos muestran las películas: dos corazones entrelazados, para lo bueno y para lo malo. Todos queremos creer que existe la perfección y que acabaremos por encontrarla.

Sin embargo, la realidad es que el amor verdadero es caótico. Está lleno de frustraciones y decepciones, discusiones y concesiones, enfados y malentendidos. No existen dos personas que siempre sean capaces de estar de acuerdo al final de cada pelea. No existen dos personas que siempre sean capaces de dejar de lado sus diferencias y sus emociones para arreglar las cosas. No existen dos personas que siempre hagan y digan lo correcto, o sean capaces de amar de manera generosa todos y cada uno de los minutos de su relación.

El amor verdadero es complicado. Pero eso es lo que hace que sea increíble. No consiste en encontrar a la persona perfecta. No consiste en conseguir una relación en la que no haya baches. No, no consiste en conformarse con menos, pero tampoco consiste en ser excesivamente exigente.

El amor verdadero consiste en encontrar a una persona que encaje contigo y esforzarse en que siga encajando, incluso cuando las piezas se vayan deformando y desgastando con el paso del tiempo.

El amor verdadero consiste en saber que no estás con la persona perfecta, porque ese ideal no existe, pero que amas a tu pareja a pesar de todo. Y consiste en que ames tu relación no porque es todo lo que siempre habías imaginado, sino porque es salvaje y maravillosa, a la par que difícil y emocionante y muchas cosas más.

De modo que deja de lado las listas y las expectativas. Déjate de exigencias. Deja de ansiar a la persona perfecta y de pensar que tienes que permanecer soltero hasta que te topes con ella.

No existe la persona perfecta. Pero sí que existe un corazón que latirá al mismo ritmo que el tuyo. Existe una persona que entenderá el dolor por el que has pasado y que hará todo lo que esté en su mano para no volverte a hacer daño. Existe un alma que ansía amarte de la mejor manera que pueda.

Y ojalá que esperes a esa persona: la que es un caos, la inconsistente, la que no siempre es de fiar, esa persona con defectos que ama todas tus imperfecciones.

lunes, 29 de marzo de 2021

Carta de despedida


 Sé que ninguna de las palabras que iré poniendo en esta carta bastarán para arrancarte este dolor. Pero permitidme que me acerque a vos desde la sinceridad de las mismas: en ellas trataré de que este adiós no te deje tan llena de dudas. Sé lo hermoso que ha sido nuestro amor, sé que despoblarás los días al irte de mi vida, sé que me quedaré con el alma hecha trizas. Pero entenderás que nací en el mundo de manera diferente, puesto a perseguir una lejana esperanza que acaso sólo sea una utopía, inalcanzable como tal. Ahora te veré atando cabos, relacionando cosas que te dije con estas que te digo ahora. Querrás acaparar en tu desdicha la razón de nuestra separación, y no podrás hallarle sentido a lo que te digo: nos separa el infinito, nos separa el amor.

No estoy huyendo de los compromisos, pero en cierta forma no estoy de acuerdo en ceñir los sentimientos en esas formas más elaboradas de la prisión que son las relaciones formales. No necesito para amarte que te sepas mi novia, o mi esposa. No me veo yo en esos roles porque la maldición de sentirme un espíritu libre me conduce inevitablemente a la soledad. Lo sé, tercamente voy hacia lo desconocido, y llevo conmigo un corazón que se enamoró de vos y no te olvidará. Pero tus expectativas, amada, son tales, que ya me veo no cumpliéndolas. Una torre de promesas querrás alzar para que no me vaya, y no podrás retenerme porque es mi muerte la que tira de mí. Apenas me deja en paz unas horas, me lleno de sueños imposibles y me imagino en esa casa soñada siendo el papá de tus hijos. Pero regresa, regresa con la angustia y con los azotes de la sobriedad. Las tormentas de mi corazón van a dar contra la serenidad de sus murallas y mi marea se tranquiliza. Salgo del tiempo y veo que nada tendrá sentido si no obedezco a ese llamado, esa voz que me quiere libre, libre de vos y libre de mí.

Me sueño águila sostenida en el aire por los ojos del día. Me sueño delfín en los mares añiles que ningún barco acarició con estelas de espuma y sacudones de proa. Me sueño mariposa transparente en un jardín que se sosiega al crepúsculo mientras se muere un poeta o un valiente. Me sueño en una galaxia remota, con estrellas proféticas anudando mis arterias a esos destinos colosales que uno asociaría con la palabra eternidad. Me sueño lágrima y puente, hombre de alas y hombre de besos, me siento latido rugido entrega risa torbellino mundo. Hay días en que me decías que andaba muy callado, y es porque mi único amo, que es el silencio, tenía sus dedos en mi garganta y hacía huecos en mi ventrículo izquierdo, desde el cual una ventana y un hilo carmesí hacían tirabuzón en mi estrella del oriente.

Ahora mismo sé que pensarás que deliro, y sin embargo, lo que acabo de decirte es perfectamente comprensible en el lenguaje que habitualmente manejo con los míos. No. No cometas ese error: no te incluyo entre los míos, y no es porque no te ame, dulzura mía, es porque me refiero a aquellos que están ligados a la verificación de ese destino de libertad del que te hablaba. Vos estás en otra vereda, otro sendero, tus pies de tierra caminan con alborozo los caminos de la tierra, tu belleza luminosa se estremece con la simple alborada, tus manos trabajan el mundo y lo hacen y deshacen sin mayores complicaciones. Nosotros somos como habitantes forasteros, estamos de paso, ninguna casa es la nuestra, ningún árbol nos pertenece, sólo nos cobija el sol y nos consuela la luna, no dejamos huellas porque no somos del tiempo, nuestra patria se extinguió hace milenios, somos errantes y nuestra sangre lleva lava y diamantes, lleva corales, lleva martirios, lleva una venganza que sólo sostenemos como meta trivial para seguir andando, lleva un sueño a cumplir allí donde se rasga el velo del mundo.

Ayer trataba de explicarte un poco cómo era todo esto. Pero noté que se opacaba tu mirada y preferías entretenerte en hacer palomitas de papel con las servilletas. Me dolió pero lo sabía: un día llegaría el día de seguir sin vos. A tu lado fui tan feliz que si pienso en ello, se debilita la voluntad que tendrá que alejarte, y demoraré indefinidamente algo que tarde o temprano sucederá, insistiendo en herirnos y haciendo todo mucho más difícil. No me enamoré de otra mujer, aunque no sería raro en mí dado mi ánimo soñador y mi ocurrente lujuria. Simplemente te dejo porque me siento un guerrero. Mi abuelo (que no es mi abuelo, es mi guía y se llama Zacarías, no se llama Alberto) diría que estoy hablando de más, y tendría razón. Un guerrero no se enreda en tantas explicaciones, eso significa que intento vivir como guerrero y mientras tanto, cierta humanidad que en el fondo es debilidad, me lleva a realizarte alguna que otra confesión. Dirás que soy despiadado: yo me enorgullecería de ello, aunque no concibas lo que te digo. Y al hacerte daño, reviso mis valores y reflexiono seriamente si quiero seguir en este camino. Y sí, me respondo que sí. Que sí. Seguiré porque acaso no tengamos nada más noble que obedecer el grito del destino, esa inasible fuerza que a veces, como vocación, nos lleva de un lado para el otro.

Creemos en el despego. No significa que siempre lo podamos ejercer con ligereza. Más bien nuestro despego está hecho de cierta costumbre que tenemos de despedirnos de todo en todo momento. Eso le da un relieve insospechado al presente, pero su precio es la ruptura que no se detiene de todos los atavismos que mal que bien, y como seres humanos, nos dan seguridad. Hay un saboteador en nuestra sangre que continuamente malogra nuestra dicha con su sermón: todo pasará.

Y esa misma frase viene en nuestro auxilio cuando un dolor nos ha despedazado: también pasará este dolor. A la luz de esta inobjetable verdad, disfrutamos de todo con la máxima intensidad, pues lo sabemos todo pasajero. Ahora veo pasar nuestros días felices, nuestros besos, nuestras confidencias, tus pechos que parecían hechos para caber en mis manos y en mi boca, la caricia de tus ojos de almendra puestos en los míos y amándome sin saber que un día te dejaría así, sin argumentos que podas considerar de peso, dejando en el abrazo donde antes entraba yo, un espacio sin aire, sin fuego, un recuerdo que ni siquiera quiere insistir en quedarse con vos.

Amada mía, acaso me sigas viendo de vez en cuando. No busques en mí a ése que te amó hasta hoy. Acongojado y lleno de contradicciones, he acabado hoy con él. He quemado tus cartas de amor, no usaré la ropa que me regalaste, el osito Gastón se lo di a mi hermana, ya no hay fotos nuestras. Lo que fuimos cuatro años ya es sólo un largo sueño maravilloso. Exigencias brutales me sacan de tu lado, algo así como el arte de quedarse liviano significa dejarte, quedar desprovisto de la costumbre de verte, de que estés en tu casa o en tu cama para mí. Permitirte el perdón, no me odies porque yo no dejaré de amarte jamás. El guerrero se lleva a su siempre todo lo que adoró en la vida, no lo lleva como equipaje o accesorios, lo lleva en su constitución etérea: el guerrero deja el mundo pero está hecho de sus afectos, su tristeza, su voluntad, su hidalguía. Amor de mi vida, en mi sangre estás ahora, nadie usurpará ese sitio, quiero que seas feliz, muy feliz, sin mí.

Tuyo, pero libre, te ama

Carta de despedida


 Con lágrimas en los ojos y viendo al cielo he decido despedirme de ti, de este amor que me humilla, que me lastima, que me engaña.

Amor me voy porque, aunque puse todo de mi parte para que esto no pasara, al parecer no lo logré, nunca supiste valorar todo el amor que yo te daba, todo lo que hice y hubiera hecho por ti, por una bonita palabra, por una caricia.

Fue mucho el tiempo que pase añorando una mirada tuya. Tú sabes que han sido muchas las humillaciones que he soportado, todo por salvar nuestro amor, pero creo que mi balsa del amor ya se esta hundiendo también, te he oído tantas palabras feas, tantos regaños que, si tengo que recordar lo bueno sería tan poco, no se como pudiste engañarme.

No se como pude creer que eras bueno si me has demostrado que no lo eres, solo fingiste, me engañaste, engañaste a mi corazón y el ahora esta aprendiendo a olvidarte.

Cuando decidí estar a tu lado lo hice pensando que sería hasta que estuviéramos viejitos; se que piensas que soy una ridícula, pero prefiero serlo y no estar como tu vacío del alma, yo no te guardo rencor porque si esto pasó fue porque yo fui la que no supo elegir.

Se que lloraré, pero creo que será menos de lo que lloraré si me quedo. Nunca pudiste cambiar y yo seguía ciega pensando que lo harías, hoy pienso que tu nunca quisiste cambiar, así eras y así serás siempre, me duele pensarlo, pero así es se que te amé.

Te idolatré sin merecerlo, por eso me voy.

Extenderé mis alas y buscaré otro horizonte para ser feliz, uno donde me tomen en cuenta, donde sea una persona no un objeto, quiero encontrar algo hermoso para mi, donde sea una compañera, una pareja, no solo un buró, mis ojos llorarán muchas lágrimas todavía, a su tiempo mi corazón se conformará y tu ya no serás mas en mi vida; hoy con lágrimas en mis ojos he decidido dejarte...

Sé que estás ahí


 

Sé que estás ahí, que nunca me fallarás. Sé que estás ahí que puedo contar contigo, porque me quieres, y porque te importo.

Confío en ti, sé que no me fallarás, que cuando te necesite acudirás. Soy consciente de que me apoyas en cada segundo, en cada problema y en cada lágrima.

Me entrego a ti, te entrego mi vida, sin pensarlo y dudarlo. Porque te amo y sé de sobra que sólo quieres mi bien.

Contigo mis problemas serán risas, y mis tristezas serán alegrías. Me secarás mis lágrimas y abrazarás mis melancolías.

Porque me quieres, porque te quiero, porque te amo, porque me ayuda. Gracias.

Mímame


 

Mímame, te necesito, necesito tus besos, tus caricias, tus palabras, tus pensamientos, tus sueños, tus anhelos, necesito todo de ti.

Te necesito a ti, quiero que me acompañes en mi vida y no me abandones nunca. Necesito tu presencia para respirar y poder tener felicidad.

Sigue mimándome, pues tú eres la fuente de mi único placer. Sigue regalándome tus encantos, tus sentimientos y tu dulzura.

Tus besos y tus caricias son mi alimento, tus mimos mi aire para vivir.

Gracias por mimarme, por hacerme sentir así. Gracias por estar ahí y dejarme hacerte feliz.

Sigue mimándome, gracias por mimarme así.

Dame todo de ti


 

Dame todo de ti, que yo te daré mi vida. Entrégame tu alma, tus sentimientos y tu corazón. Yo te daré a cambio mil felicidades.

Dame en palabras tus sentimientos, dame en sueños tu alma, dame en vida tu corazón. Tiñe de generosidad cada momento, y dame lo que necesito de ti: todo.

Dame cada día la esencia de ti, para que pueda recorrer tus anhelos y conocer tus secretos, todos tus secretos.

Dame todo de ti, sin barreras, sin esconder nada. Si me das todo de ti seré tu esclavo del amor.

Dame, que yo te daré, y aunque no me des nada de ti, yo me entregaré a ti.

Esta es mi promesa, esta es mi súplica.

Nada podrá separarnos

 

Nada podrá separarnos. Ni siquiera la distancia, ni la lejanía. Aunque no estás aquí conmigo, y aunque no esté yo, estoy contigo.

Estamos lejos, pero no estar juntos no es excusa para el olvido del amor. Es más, debemos luchar porque nuestro querer sobreviva.

Sí, te echo de menos, cada día más, y moriría si pudiera abrazarte cada día, pero no puede ser. Y resignándome acumulo deseos de reencontrarte, y cuando nos reencontramos, morimos de amor.

Siempre estoy contigo, siempre estarás conmigo, Nuestro amor nos une, y ni la tristeza ni la añoranza pueden separarnos, el amor lo puede todo.

Nada ni nadie nos separará jamás, porque te quiero y porque me quieres.

Quiero regalarte mi vida


 

Quiero regalarte mi vida, darte mis segundos, entregarte mis sentimientos y compartir mi ser contigo.

Quiero que siempre estemos juntos, que no nos faltemos ni un instante. Deseo soñar con darte la mano para siempre.

Quiero que sepas que amarte es sentir, que quererte es abrazar la vida y que tenerte es respirar.

Quiero que comprendas que te amo, que te pido que nunca me abandones. Quiero darte lo que tengo y quiero entregarte mi amor.


Te necesito


 

Te necesito, necesito que estés ahí. Quiero sentir el roce de tus labios y la felicidad de tu piel. No me dejes nunca.

No me dejes, te necesito para poder seguir adelante y dar pasos persiguiendo la felicidad, a tu lado.

En este capítulo de mi vida, en el presente, en el futuro, siempre te necesitaré, porque tú eres yo.

Por ti miro, por ti respiro. Si tú no estás muero de tristeza. Si estás estallo de alegría.

Te necesito para gritar de placer en silencio, para callarme gritando. Necesito todo de ti, pues tú eres todo para mí.

Te necesito.

No podré olvidarte


 

No podré olvidarte. No podré, porque tú eres parte de mis sentimientos. No podré olvidarte porque conocerte fue amarte y no dejar de recordarte.

Desde que te conocí llenaste mis pensamientos, y fuiste protagonista de mis sueños. Llenaste mis segundos de felicidades y mis días del consuelo de verte.

No podré olvidarte porque tu cara es la belleza, tu cuerpo mi paz y tu alma mi objetivo. Porque nadie es como tú y todas me recuerdan a ti.

No puedo olvidarte, aunque deba porque tú no estés. Aunque recordarte sea llorar por no tenerte y morir de tristeza por no besarte.

Te quiero y siempre te querré, no me pidas que te olvide, jamás podré.

Te quiero


 

Te quiero en lo más profundo de mi alma, de mi ser.. de mi vida. Te quiero como no quise nunca, pues hasta que no te conocí, no conocí el verdadero significado del verbo amar.

Te quiero, más allá de la pasión y de los sentimientos. Recorriendo el verbo querer en cada instante, saboreando el tu boca el sentir de ti.

Te quiero cada día, cada instante, cada pensamiento, cada mirada, cada palabra. Te quiero en tu recuerdo, en tu presencia. Te quiero en mi añoranza de ti.

Te quiero sin pedirte nada a cambio, simplemente te quiero. Y aunque tú no me quisieras, yo te seguiría queriendo eternamente igual.

En fin, te quiero y cualquier palabra no podría expresar este sentimiento. Lo comprobarás... queriéndome.

MI ELECCIÓN PERSONAL


 Todos hablan de libertad. Pero ¿qué es la libertad? ¿somos realmente libres? ¿somos libres para ser quienes realmente somos? La respuesta es no, no somos libres. La verdadera libertad está relacionada con el espíritu humano: es la libertad de ser quienes realmente somos.

 

¿Quién nos impide ser libres? Nosotros mismos. Tenemos recuerdos de tiempos pasados en lo que éramos libres y disfrutábamos de ello, pero hemos olvidado lo que verdaderamente significa la libertad.

 

Si observamos a un niño pequeño, descubrimos a un ser humano libre. ¿Por qué lo es? Porque hace lo que quiere hacer. Y si observamos a estos seres humanos de dos años de edad, descubrimos que la mayor parte del tiempo sonríen y se divierten.

 

 Exploran el mundo. No les da miedo jugar. Sienten miedo cuando se hacen daño, cuando tienen hambre y cuando algunas de sus necesidades no se ven satisfechas; pero no les preocupa el pasado, no les importa el futuro y sólo viven el momento presente.

 

Los niños muy pequeños no tienen miedo de expresar lo que sienten. Son tan afectuosos que, si perciben amor, se funden en él. No les da miedo el amor. De niños, no le tenemos miedo al futuro ni nos avergonzamos del pasado. Nuestra tendencia natural es disfrutar de la vida, jugar, explorar, ser felices, amar.

 

Tu verdadero yo es todavía un niño pequeño que nunca creció. En ocasiones, cuando te diviertes o juegas, cuando te sientes feliz, cuando pintas, escribes poesía o tocas el piano, cuando te expresas de cualquier otro modo, ese niño pequeño reaparece.

 

Estos son los momentos más felices de tu vida: cuando surge tu yo verdadero, cuando no te importa el pasado y no te preocupas por el futuro. Entonces eres como un niño.

 

La libertad que buscamos es la ser nosotros mismos, la de expresarnos tal como somos. Sin embargo, si observamos nuestra vida, veremos que, en lugar de vivir par complacernos a nosotros mismos, la mayor parte del tiempo sólo hacemos cosas para complacer a los demás, para que nos acepten.

 

La mayoría de la gente ni siquiera se da cuenta de que no es libre. Algo en su interior se lo susurra, pero no lo comprende, y no sabe por qué no es libre. El primer paso hacia la libertad personal consiste en ser conscientes de cuál es el problema para resolverlo porque hasta que no seas consciente no podrás hacer ningún cambio.

 

Tal vez no podamos escapar del destino del ser humano, pero podemos elegir entre sufrir nuestro destino o disfrutar de él, entre sufrir o amar y ser feliz, entre vivir en el infierno o vivir en el cielo. Mi elección personal es vivir en el cielo.

ENCONTRARNOS


 

Un momento donde nuestra mirada se escapa para ver el paisaje, a sentir el infinito del cielo que se confunde con el horizonte, fusionando la tierra con el cielo, es un momento donde sentimos la eternidad y somos parte de ella. Nuestra mirada nos lleva a perdernos, a ser absorbidos por lo ilimitado, a entrar en un lugar sin tiempo, sin preocupaciones.

 

Es un lugar donde el éxtasis de simplemente ser nos inunda. Es en este momento que cada persona, aunque sea por un instante, se siente libre. Aquí no existe el temor, la crítica, la culpa o la inseguridad; hemos entrado en un lugar llamado «esencia verdadera», es nuestra esencia divina.

 

Encontrar este tesoro perdido que somos nosotros no es fácil, requiere que deseemos ser verdaderamente libres. Esta libertad vale más que cualquier cosa. Es algo invaluable, es lo que realmente determina nuestro éxito porque nos trae la claridad de quien somos y hacia donde nos debemos dirigir en nuestras acciones y deseos.

 

Sin embargo requiere de disciplina para buscar y dedicar el tiempo diario para encontrar. Requiere percibir si hay obstáculos en el camino que impiden este logro y que busquemos las herramientas para desenterrar ese esencia verdadera de nuestro ser.

 

En este tiempo de tantos cambios donde las personas corren de un lado a otro queriendo hacer tanto, en un tiempo donde el materialismo en muchos tomar el lugar de Dios en sus corazones, motivándolos a estar inconformes, a juzgar y compararse a otros; es necesario detenernos a meditar sobre qué es lo que más valoramos y que realmente produce felicidad.

 

Para esto es necesario apartarnos del bullicio diario, tomar el tiempo para meditar en silencio, ponernos en contacto con la naturaleza, con Dios y con nuestra esencia interna. Esto solo se logra apartándonos, despejando nuestra mente y proponiéndonos hacerlo diariamente.

 

La potencia interna solo se alcanza dedicando tiempo a este ejercicio de silencio espiritual. Es en estos momentos que logramos creer y percibir que nada es imposible, que lo que necesitamos es dirigir nuestra atención y esfuerzo correctamente para atraerlo.

 

A veces no se puede lograr este estado de silencio porque hay demasiadas cosas obstaculizando la manifestación de nuestra esencia verdadera. Los complejos, las heridas emocionales, la falta de perdón, son todos factores que impiden lograrlo.

 

Cuando buscamos el resultado es que encontramos. Al llamar, se nos responde. Y al tocar se nos abre la puerta el entendimiento de quienes somos. El resultado y la importancia de este descubrimiento es que logramos entender el propósito por el cual nacimos, el gran potencial que tenemos para crear las cosas y para desatar el caudal de fe para creer que las cosas son posibles. Sentimos también la certeza de que valemos.

 

Es en este momento que recibimos paz y nos sentimos felices. En nosotros se desarrolla un amor incondicional, nos enamoramos de Dios, de nosotros mismos, de la vida y de cada persona que al igual que nosotros cree y ama.

 

Dentro de cada persona late un «ser» como ningún otro, especial y maravilloso. Este «ser» aguarda su manifestación, anhela ser descubierto par poder salir a la luz y ser visto.

 

Depende de ti anhelarlo, amarlo y estar dispuesto a buscarlo incansablemente hasta que día a día tome su lugar dentro de ti, disipando las dudas, los temores, las inseguridades, los complejos y las malas costumbres con la certeza de quien es y de su inmenso valor.

domingo, 28 de marzo de 2021

Amor a primera vista


 

Las personas que tienen dificultades a la hora de enfrentar la primera cita, aspiran a que en ella se selle de una vez y para siempre el amor. Sin embargo, apostar a la química instantánea también tiene sus desventajas.

¿Existe el amor a primera vista?

Esta pregunta siempre desata el debate. Por un lado están los fervientes defensores de la química instantánea, y por el otro, los que descalifican con énfasis la posibilidad de que un hombre y una mujer se enamoren con tan sólo mirarse. Es probable que tanto unos como los otros tengan razón, pues existen casos que confirman la primer teoría y otros que la refutan. Pero lo cierto es que quienes ponen todas sus expectativas en enamorarse en el primer contacto, generalmente llevan las de perder, pues ponen tantas expectativas en la primera cita que si no logran su objetivo se sienten irremediablemente frustrados.

Los tímidos suelen alinearse entre los que apuestan a la química instantánea. Y es que les cuesta tanto tomar la iniciativa de invitar o aceptar la invitación de alguien, que prefieren apostar todas sus fichas en una supercita que los conduzca directamente al amor y los saque del aprieto de tener que buscarlo.

Las desventajas de creer en la química instantánea

Aspirar a enamorarse a primera vista puede ser tan romántico como frustrante. Y no es para menos, si tú te empeñas en que tu Romeo o tu Julieta caiga rendido a tus pies con tan solo una caída de ojos, sólo te estarás cargando sobre tus espaldas la realización de un sueño que probablemente nunca deje de ser tan sólo eso, un sueño. Y como el que espera desespera, inmediatamente vendrá la sobredosis de ansiedad.

Pero eso no es todo, tras cada intento fallido vendrá la decepción y, lo que es peor, es probable que te pierdas de conocer a esa persona que tu estás buscando por descartar la posibilidad que el tiempo compartido sirva para concretar una relación. En definitiva, no es conveniente echar a correr si el primer encuentro no fue exactamente como tu lo soñaste, pueda que te pierdas de vivir un gran amor.

La timidez, un obstáculo que se puede superar

Los tímidos son los que más expectativas ponen en la primera cita. Y es que les cuesta tanto invitar o aceptar la invitación de alguien, que aspiran a que el primer encuentro sea el definitivo, el que selle de una vez y para siempre la relación amorosa. Decir esto y asegurar que los tímidos caen en la trampa de creer desmedidamente en la química instantánea es lo mismo. Es por ello que el doctor Bernardo Carducci da algunas sugerencia para vencer el obstáculos de la timidez.

Mujeres tímidas

·        ·        Trata de ser menos seca durante la charla insustancial, a fin de alentar a un hombre tímido a que continúe la conversación.

·        ·        Sonríe, asiente y actúa mostrando interés. Haz contacto visual en vez de mirar hacia abajo o hacia los costados.

·        ·        En situaciones de grupo, ya sean de trabajo, de ocio o sociales, conversa con la gente. Charla de cualquier cosa. Hazle saber a los otros que eres accesible.

·        ·        Aprecia las atenciones que recibes. Si alguien trata de hablar contigo, contéstale. No te muestres distante.

·        ·        Haz contacto con los demás a través de cortesías sociales. Ofrécete para ir a buscar comida o bebida o ayuda de otras maneras.

·        ·        Invita a un hombre por quien te sientas atraída o que se incorpore en un grupo que tu frecuentas.

·        ·        Si un hombre se te acercó antes y tu lo desairaste porque todavía no habías entrado en confianza y te sentías demasiado tímida, retoma el hilo de la conversación con él cuando te sientas más cómoda.

·        ·        No trates de monopolizar la conversación. El arte de la intimidad comienza por conocer a una persona. Cuando sepas más acerca de él, sabrá qué temas abordar.

·        ·        No seas pasiva. Habla.

·        ·        Recuerda que la intimidad implica riesgos y recompensas, acercamiento y evasión.

Hombres tímidos

·        ·        Determina el ambiente para conversaciones íntimas. Todo lo bueno en la vida viene de correr un riesgo. El secreto es comunicar tu deseo de intimar más, a la vez que minimizar la posibilidad de un rechazo. al controlar hasta donde quieres llegar en la intimidad, tu haces conocer tus sentimientos.

·        ·        Sé perseverante. Tu tienes que atravesar por un período de adaptación para sentirte realmente cómodo, pero ella también, nunca lo olvides.

·        ·        Haz pausas periódicas para gentilezas sociales. Las gentilezas sociales te hacen parecer considerado y brindan un beneficio secundario. Cuando tu te excusas y regresas con bebidas o algo para comer, da tiempo a la mujer y a ti mismo para relajarse y recuperarse. El contacto no necesita ser continuo, pero sí fluido.

·        ·        Repite tus acercamientos. No inviertas todo tu sentido del yo en el éxito o fracaso de un encuentro. Si ves a una persona con frecuencia y regularidad a la cual te gustaría acercarte, sigue diciendo hola y charla de cosas intrascendentes. Esto te dará a ti y a la mujer en cuestión, una oportunidad de entrar en confianza. De tanto verse se creará una sensación de familiaridad entre ustedes que favorecerá tu intención de conquista.

·        ·        Vuelve a poner en examen el rechazo. Piensa en tus acercamientos iniciales como sesiones de práctica. No es forzoso que tengas éxito la primer vez con la primer mujer. Si ella no está interesada, aprovecha la experiencia para ganar percepción para la próxima vez que lo intentes. en lugar de ver un desaire como fracaso o rechazo, piensa en él como una fuente de información o realimentación.

·        ·        Céntrate en tus éxitos. La timidez de la mente refuerza la tendencia a pasar por alto los éxitos y a centrarse en los fracasos. Presta atención a lo que funciona, a lo que te llevó a poder conversar con una mujer.

·        ·        Arregla una serie de citas con varias personas; Esto hace que una sola cita parezca menos importante. Si no funciona, no te sentirás tan desbastado. Siempre hay otras a las cuales recurrir.

·        ·        Habla con hombres y mujeres. Si varias tus contactos en reuniones sociales te sentirás más cómodo. Hablar también con hombres quieta la presión tuya y la de la mujer. Mantén la conversación en un nivel más social, en vez de íntimo, y es menos amenazante para ti y para aquellos que te rodean porque no están "encendidos" todo el tiempo.

·        ·        Recuerda las reglas de la revelación de tu intimidad. Si tu interlocutora titubea, tartamudea o se rehusa a hablar, puede que esté ansiosa. Son signos de que tu te mueves demasiado rápido.

·        ·        Haz correr la voz. Haz saber a tus amigos que estás interesado en conocer gente.