Una niña necesitaba un transplante de médula

Una niña necesitaba un transplante de médula, por suerte, su hermano más pequeño era el candidato perfecto. Los médicos le explicaron al chico que su hermana moriría a menos que pudiera producir nueva sangre, pero que cualquier sangre no serviría, de hecho, su hermana necesitaba la sangre de él. Sin ninguna vacilación, el hermano le dijo a los médicos que él donaría su sangre. Justo antes de recibir la anestesia, el chico le preguntó al médico: «¿Me dolerá mucho cuando me muera?». Este chico de apenas siete años pensó que para salvar la vida de su hermana tendría que darle toda su sangre y, por tanto, su vida. No es muy común encontrarse con un amor tan puro como el que este chico sentía por su hermana.